domingo, 1 de noviembre de 2015

"Libre albedrío responsable"

Tras la envoltura de mis escritos no hay mensaje alguno; nada importan los signos ortográficos que las componen, ni siquiera los sonidos que brotan de su lectura a voz alzada. A decir verdad, tampoco poseo un estilo definido. Incluso me atrevería a definirlo con una sola palabra: "vaivén". Sí, vaivén, como las ideas que se deslizan por la mente de todo ser humano que se precie.

En un mundo donde la libertad de pensamiento puede llegar a rozarse en ocasiones, encontramos multitud de posibilidades de actuación. Así, este cúmulo de oportunidades que se no ofrece tiene su razón de ser en la propia cabeza pensante, y no en el universo en la que esta se ve inmersa. De esta forma, la responsabilidad que se desprende de la toma general de decisiones debe atribuirse al Ser; motivo por el cual concebimos el mundo periférico como un estadio ornamental, encargado de acoger en su seno al escenario donde se insertan las distintas opciones. 

Dicho esto, ¿qué lugar ocupa la palabra "vaivén" en la abstracción anterior?

Ante esta multitud de posibilidades que nos son congénitas, la confusión adquiere un papel de máximo protagonismo, ya que la posible inmersión para la consecución de muchas de ellas resulta evidente. En consecuencia, el Ser se ve asaltado por una multitud de factores que conforman su criterio de selección; y es en este punto en el que tienen cabida los factores propios del mundo a los que hacíamos referencia: las decisiones y al acto de elección de las mismas se encuentran condicionadas por moradores de esta misma antesala, así como de moldes y baremos morales totalmente ajenos e impuestos por la inercia.

Llegados a este punto, me parece interesante traer a colación la idea con la que comenzaba esta tesis como posible resolución de la encrucijada: mi estilo constituye una miscelánea de otros muchos -algo así como cóctel de mundos-, puesto que todavía se ubica en esa antesala y su mirada oscila entre ellos. Quizá la clave se encuentre en no adentrarse en ningún sendero con vistas a recorrerlo de manera total; o incluso en conservar esta libertad de selección que podríamos calificar de libre albedrío responsable. Quiero decir que adoro este término, siempre y cuando el baño de objetividad que envuelve al texto me permita el uso de estos verbos tan pasionales, y me parece el título ideal para el mismo. 

Dani Cecé