domingo, 22 de diciembre de 2013

La fuente de la vida y de la muerte

Y la historia se repetía cuando la oscuridad se tragaba al sol sin apenas masticarlo. Se lanzaba cada noche con los miembros en punta, con la mirada hacia el subsuelo helado, para llegar a golpe de segundero al jodido paraíso. Allí donde el mar está en calma; donde la marea está peleada con la luna y pasa cabizbaja a su encuentro; donde el término follar es polvo de estrellas; donde los ángeles se dejaron el sexo en el fondo de botellas de absenta roja. Siempre se encontraba con algún viejo conocido en ese lugar, pero también con sus contemporáneos, con sus allegados, con sus alejados... pues todo es posible en la fuente de la vida y de la muerte.

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