sábado, 21 de diciembre de 2013

Oda a Mad World

Las noches están plenas de ancianos chamanes que danzan en círculos sobre el fuego que cruje; que da lugar a nubes de humo con formas geométricas dispares, y cada una de ellas es la huella de un motivo universal. Pero por encima de ente está Dios, que pese a no existir es la fuente de energía suprema, dinámico y marionetista, ponedor de huellas en la arena que forma esta playa soleada.

La noche y el día se funden en este momento, y la Luna es sodomizada por el Sol para que todo sea luz. El desierto del Gobi se convierte en un acogedor iglú, mientras que el Sahara decide transformarse en un gran oasis, asesino del frío mongol.

Pero qué importan las divinidades, si estamos bailando sobre las nubes, charlando con Baco sobre la debilidad de la carne. Me fundo a cada... con las partículas de Universo, y ningún intento de alquimia va a impedir que eso se acabe (no existen los segundos, los minutos o las horas cuando estás flotando sobre las partículas del tiempo).

Dani CC.



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