miércoles, 19 de octubre de 2011

Hacerte sudar

Escucha mi serenata en un tren de cercanías,
por si te apetece llegar a la hora prevista
y soportas el ruido del cacharro,
del niño que llora y del que calla,
de mi corazón latiendo a media distancia,
de mis piernas temblando en Talgo,
del AVE que picotea mis entrañas.

Escucha mi serenata en el maletero de este coche,
por si te apetece un revolcón inesperado
y soportas el azote de mi ternura,
mi hambre de tu bestia,
mi luz encendida hasta las tantas,
mi sueño de una noche de verano,
mi electrificante cruce de miradas.

Escucha mi serenata aquí sentada,
que quiero hacerte sudar...

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