miércoles, 21 de septiembre de 2011

Noches de verano.

                

Qué puta mierda de noche; cada año los moros y cristianos llegan antes. Encima está ese mosquito, el cual da vueltas a mi alrededor como si yo fuese carroña y él un buitre africano. No me importa que me piques pero no zumbes pedazo cabrón. No se decide, seguramente será un mosquito templario; sólo zumba por joder.

Enciendo el ordenador para introducirme en esa maravillosa autopista  del contenido erótico-pornográfico, hay quiénes lo utilizan para estudiar pero no es el caso, llamada Internet. Empiezo con la categoría amateur, pero me da la sensación de que estas niñas son demasiado amateurs. Luego pruebo con el hentai, pero nada; demasiado guión y yo no entiendo el japonés. Le toca el turno al anal, el anal siempre suele funcionar, pero esto es publicidad engañosa; si se la meten por el coño  pero no se miran a los ojos se está haciendo un perrito no un anal. Mi último recurso; las lesbianas, pero nada. Noto que me falta algo.

Apago el ordenador y con la picha dolorida vuelvo a la cama. No tendré más remedio que cascarmela pensando en ti.

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