jueves, 23 de junio de 2011

Me odia.

Creo que Dios (Yavhe, Ala, Buda...) me odia. Hace unos días fui a limpiar mi coche. Al día siguiente comenzó a llover como si de escupitajos divinos se tratara. Creí escuchar a alguien decirme algo parecido a: Jódase, por ateo. La cosa no queda ahí. Esa noche Yavhe (Alá, Buda, Dios...) mandó a sus secuaces alados. En dos días tenía el coche pasado por agua y lleno de heces de pájaro, una de ellas justo encima del depósito, para que los señores de la gasolinera no salgan a hacer su trabajo fingiendo que es un "self service".

Por otra parte, la siguiente noche Alá (Buda, Dios, Yavhe...) envió a su ejército de tierra, un perro que con sendas pisadas recién pasadas por tierra subió a mi capó y se dio un paseo. Curiosamente, un día después el único sitio en el que pude dejar mi querido Ford Focus estaba junto a una obra por lo visto interminable. Al volver por el coche lo encontré cubierto de la misma arena que el perro había pisado. Manteniendo la compostura arranqué y comencé a conducir hacia Murcia, acalorado. Y a la vuelta fue cuando Buda (Dios, Alá, Yavhe...), culminó su trabajo. Comenzó a salir humo de las rejillas del aire acondicionado. "Tranquilo, tu vehículo será como un microondas, pero tranquilo, hay que ser positivo"-pensé.

Tengo una duda para ese ente celestial y me gustaría que se diera una vuelta por apiernacojida. ¿No tenías a otro cabrón al que joderle el culo?, dentro de unos días te pasaré la factura del mecánico. Diablos, mi vida es increíble.

PD: Perded la compostura, perded la inocencia, perded la virginidad e incluso la vida, pero no perdáis la esperanza...qué cojones, la perdí hace años. ¿Mañana será otro día?, otro día igual.
José Alberto

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